miércoles, febrero 01, 2012

Calidoscopio

Vicente Herrera Márquez

Veo colores, veo mil prismas,
al rotar el tubo de tiempo y sol.
Te veo saltando, de tez lozana,
ojos brillantes, trenzas, frenillos;
juegos de niños, primer amor.

Pasa una nube, es muy pequeña.
Ahora te veo con pelo largo,
sonrisas, guiños y risas;
bajo el brazo llevas cuadernos,
en una hoja, dibujas un corazón.
Pasa otra nube, se esconde el sol.
Cuando los rayos brillan de nuevo,
olas saladas vienen y van;
en la playa blanca tu pelo al viento;
en la arena caliente tu tez dorada;
te ves hermosa, cual una diosa…

Se oscurece, sucumbe el sol.
En penumbras igual te veo,
vestida de tules y de arrebol;
en tus ojos mirada brillante;
tu cabellera, negro azabache;
tu boca jugosa, la piel caliente;
senos turgentes, tu sexo ardiente…

Se mueven cristales, cambia la luz.
Te veo radiante, de mil colores,
tus ojos verdes, tus labios rojos;
negro tu pelo, tu piel morena.
Un movimiento te veo distinta.
Tu piel es leche, tus ojos mar;
tu pelo trigo, tu boca miel.
Reflejas fuego, cambias matices.
Un giro pequeño, ya eres otra.
Con piel de olivo, ojos almendra;
tu pelo seda, grana tu boca…

Trozos de vidrio de mil colores.
Rostros hermosos, cuerpos airosos,
dibujados a fuego, en cientos de hojas
del calendario que esta grabado,
en los espejos multicolores,
del túnel del tiempo de mis amores.

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