domingo, diciembre 17, 2006

Disfraz de mago

Vicente Herrera Márquez

Puede ser solo una imagen la mujer que soñé dormido,

la que después de tenerla toda la noche en mis brazos
grabé con cinceles de fuego en las retinas del alma.
Puede ser el espejismo que se asoma al viajero sediento,
aquel que en el desierto es árbol de noche y fuente de día.
Puede ser una ilusión nacida una noche de insomnio,
de las tantas que conoce y soporta mi almohada.
Y puede ser la mujer de verdad que un día cualquiera,
sin esperarla, cabalgó praderas montada en las letras
y venciendo distancias, hasta al mío arrimó su camino.

Muchos dirán que puede ser la más bella del mundo,
pero en mi no caben dudas, es la mujer más hermosa.
Ella es la noche estrellada y es la hora apacible del día,
es la fuerza del huracán y es de la brisa la caricia.
Y aunque estando conmigo no pronuncia mi nombre
siento que me toma y eleva en vapores inconscientes,
y me lleva por caminos desconocidos y embrujados.
Con ella veo la vida, huelo un sendero, oigo el silencio,
saboreo esperanzas, palpo destinos y siento el amor.

El disfraz de mago que me pongo en las noches de lluvia,
de viento, de boca de lobo, o de luna encantada,
transforma en poderes mis limitados sentidos humanos,
que sienten y ven lo que otros no pueden ni quieren.
Con mi magia y su belleza traspasamos fronteras abisales.
Con fuego renacemos y cual naves quemamos los temores.
Más allá de los rostros, mucho más allá de los cuerpos,
escribimos fantasías y en una fundimos dos historias.
Gozamos con sensaciones sublimes y consumados placeres,
vivencias que no tienen ni sienten los simples mortales.

Complacidos y extasiados descansamos en lecho terrenal,
ahora veo el fondo verdadero de los ojos en la imagen
y oigo resonantes los silencios expresivos de su voz.
Huelo los perfumes exquisitos destilados de su cuerpo,
y palpo con mi manos, en su blanca piel, energías siderales.
Descifro con mi mente los mensajes de códigos arcanos,
y traduzco en versos y palabras que nacen desde el alma
el real significado del libro “ El Cantar de los Cantares.”
La realidad la vivo despierto y también la sueño dormido,
ahora solo como un hombre, que no es mago y menos inmortal.

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