Vicente Herrera Márquez
Cuando aprendas a amar sabrás que te amé.
Cuando rememores
los hitos del camino,
te
acordarás
que los marcaste
conmigo.
Cuando en la noche callada veas la cara triste de la luna,
llegará
a tu memoria la cara
risueña
que nos mostró
una noche.
Y
cuando pienses en mis caricias y en mis besos,
quizás
sientas calor en tu piel y fuego en tus labios.
Cuando evoques momentos de amor
es
posible que te acuerdes de mí.
Cuando no puedas dormir te acordaras de
esa luna
que
risueña alumbró nuestra noche deseada,
en
aquella playa del tiempo olvidado,
en
aquel remanso del sendero extraviado,
en
el tibio
nido que nos prestó el camino,
en
la ardiente
pausa
de placer escondido,
en
esa
escapada de la realidad presente,
en
nuestra
única noche de amor y pasión.
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