domingo, mayo 29, 2011

Pequeñas y simples palabras

Vicente Herrera Márquez

Me estas llamando página del cuaderno olvidado.
Me incitas de día, interrumpes mi sueño en la noche.
Apareces en el recuerdo y te asomas en la esperanza.
Quieres que siga escribiendo esas páginas que faltan,
quieres que agregue letras al alfabeto ya escrito,
como lo hacía ayer, en junio, en abril o el año pasado.
Pero dime página insistente ¿Qué quieres que escriba?
¿Un poema trivial? ¿Una crónica rosa? ¿O un tratado de vida?
¿Una oda al desgano? ¿Un reto al destino? ¿O un lamento de amor?
No sé qué escribir. No sé.
No encuentro motivo, pretexto o razón,
y sin embargo los hay, y vaya que los hay.
De todo podría con versos y prosa llenar calendarios.
Pero…
Las palabras que vienen enredan las letras con hilos de olvido.
Son oraciones que pujan pero no las pare una pluma sin tinta.
Son versos con humo y café, que se ahogan en vino de hoy y besos de ayer.
Son preguntas que quieren respuestas.
Son te quiero que ansían destino.
Son lamentos que quieren consuelo.
Son susurros que precisan oídos que los atrapen antes que el viento.
Son gritos ahogados que emergen y se encuentran con labios cerrados.
Son solo palabras, pequeñas y simples palabras.
¿Para qué las voy a escribir?
Si tan solo son… sencillas palabras de amor.

sábado, mayo 07, 2011

Flor prematura

Vicente Herrera Márquez

Fue un soplo de vida,
un soplo que duró un instante.
Fue relámpago de vida y trueno milagroso.
Fue flor que se abrió antes del tiempo de florecer.
Fue una Violeta milagrosa que unió corazones en plegaria,
y con su presencia corta hizo latir vidas y conjugar esperanzas.

La vida se presiente, la vida se palpa, la vida se siente,
hasta se puede pintar y también ponerle sabor.
Y ahora pregunto:
¿La vida se ve?
Díganme que no, que no se ve y con rabia les respondo:
¡No les creo! Pues yo además de sentirla y palparla, la vi.
Sí, la vi y me sobrecogió, me sentí pequeño, muy pequeño.
Me sentí polvo del aire, solo fui suspiro y lamento.
¡Pero vi la vida!

Allí en el vientre artificial vi la vida pequeña y grande
y vi las ganas de vivirla.
Vi la fuerza grande de una pequeña
y vi la fuerza inmensa de una madre.
Pero ni la grande, ni la inmensa fuerza, fueron suficientes,
los diminutos pulmones no fueron capaces,
el pequeño corazón no pudo vencer los caprichos del destino.
Las plegarias no alcanzaron a doblegar los designios de lo desconocido.
El Dios de los creyentes, de entre la multitud que pide,
no alcanzó a oír a tiempo los ruegos de una madre y los reclamos de un padre.
Tampoco la ciencia sabia y los doctores pudieron completar lo que la naturaleza no quiso.

Faltaban tres meses de vientre materno,
tres meses de desarrollo natural ,
tres meses para gestarse en flor,
aún así nació, y era una muñequita,
era una hermosa flor,
que a todos les trajo algo y a todos les dejó mucho.
¡Dejó tanto! En una semana larga, llena de esperanza.
¡Dejó tanto! En la semana corta que vivió en un vientre artificial.

Y a mí, simple mortal, abuelo e insignificante poeta,
esa flor, Violeta pequeñita, me mostró el misterio de la vida.

martes, mayo 03, 2011

Largo e interminable abril

Vicente Herrera Márquez

Y se fue abril...
y mayo también.
Y se fue el otoño.
Y se fue el invierno buscando primavera
dejando atrás el frío esperando que volvieras.

No son sólo meses y estaciones que se han ido.
Se está yendo el tiempo del tiempo que me queda.
Se está yendo la vida entre las rendijas de la espera.
También se va tu risa, se va tu llanto, se va tu canto.
¿Que queda? Nada queda, solo ecos, solo huellas
en el sendero que el tiempo va borrando.

Cambié el cristal que estaba roto en la ventana,
colgué los cuadros que estaban arrumbados,
borré páginas de versos inconclusos sin sentido,
archivé aquellas tuyas que tenían un te quiero,
y guardé las sabanas que atraparon tu perfume
esperando que pasara el largo abril.

Y mientras, sin saber si es verano, abril o primavera
lloro y grito tu ausencia a las paredes insensibles,
pregunto con rabia a tu rostro atrapado en el retrato
esperando como niño una respuesta,
esperando como enamorado una mentira
y como hombre herido esperando la verdad.