Vicente Herrera Márquez
En las notas del piano oigo silencios,
y en lo acordes mido distancias.
La melodía me envuelve furiosa
en nuestra locura de ayer.
Y el compás marca y suma
los besos que el viento se llevó.
Los dedos firmes del pianista
acarician con seguridad las teclas,
mientras los míos, temblorosos,
procuran mantener el licor en la copa,
dibujando un pentagrama en el cristal
para escribir notas de soledad.
Parece que ese piano guarda en letras
la extensa historia de mi vida
y el pianista cómplice las hace música
una, otra y mil veces más.
No se si al oírlas lastiman el ego
o traen al presente el placer
de aquellos tiempos de amor.
Tiempo de piano en el bar.
Tiempo de piano en el alma.
1 comentario:
Hola, bueno de casualidad encontré tu blog y lo encontré muy bueno me encantaron tus poemas sobre todo " tu piel" quería felicitarte y decirte que me gustan tus escritos :)
Publicar un comentario