Sueño de poeta
Un día contigo le pido
a la vida, tan solo un día.
Para quererte,
adorarte, mimarte en las horas de sol,
en la noche perderme en
tu selva, hundirme en tu ser.
Y al amanecer, cuando
el Cierzo amaine,
escribiré un poema en
tu piel.
Sí, está escrito
Yo lo escribí y así
tendrá que ser.
Algún día, no muy
lejano, estaremos juntos,
arderán tu piel y la
mía,
serán una hoguera
quemando pasión.
Los leños del deseo
serán flama ardiente
y los orgasmos,
rescoldo caliente.
Rictus, muecas y surcos
en la piel
Desde el día que
comenzó tu silencio
mi espejo fue
adquiriendo una mueca de dolor,
que se muestra cuando
me afeito y también cuando me peino.
Se confunde con los
surcos que poco a poco van horadando la piel
y se disfrazan los años
insensibles con el rictus que dejo tu olvido.
Poco a poco me doy
cuenta que fui nadie,
fui soplo de viento
pasajero y hálito de romance imaginado.
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