jueves, octubre 22, 2009

Buscando la estación

Vicente Herrera Márquez

Un pequeño cuento en verso

Un día de vendaval, en el sur, en el centro del invierno,
se encontraron en un cruce, que el destino puso allí.
Era temprano, una mañana, quizás por casualidad,
fue en la calle Ventolera casi esquina Brisa Sur.
Ella desafiando al viento iba camino del centro.
Apurado a favor de aquél, él buscaba la estación;
le pedió que le indicara la dirección para llegar.
- Si tu quieres sígueme, hasta allí te puedo acompañar,
es temprano todavía, el trabajo puede esperar –
- Gracias te lo agradezco, pues no conozco este pueblo –
- Dime viajero errante ¿a que ciudad quieres viajar? –
- A cualquier punto distante que este muy lejos de aquí –
- ¿Por qué te vas tan triste? ¿Es que no te gusto el lugar? –
- El lugar si me gustó, lo que buscaba no encontré –
- ¿Y por qué te vas tan pronto? Tan solo ayer te vi llegar –
- Entonces, ¿Tú me conoces? ¿Dónde me viste llegar? –
- En una esquina de la plaza, te bajaste de un camión –
- Tienes razón, de un camión en la plaza me bajé,
en la carretera, muy lejos, pregunté por este pueblo
el chofer muy amable me dijo: sube yo paso por allí –
- Te vuelvo a preguntar ¿Porqué te vas tan pronto? –
- Ya recorrí todo el pueblo y no hay espacio para mí,
no encuentro lo que buscaba ni tampoco mi lugar,
y ¿Sabes? era mi meta, el poder llegar hasta aquí –
- ¿Por qué? te pregunto viajero, ¿querías llegar hasta aquí?
y si querías llegar ¿Porqué tan pronto te vas? –
- Buscaba un lugar que dejé y quizás una quimera –
- ¿Qué quieres decir viajero, con quizás una quimera? –
- Ella… no me conoce, pero creí me estaría esperando,
porque, con finísimos hilos, letras y bellas palabras
tejió un puente muy largo para llegar hasta aquí;
seguro el puente lo borró el viento y aquí nunca tuve un lugar –
- ¿Cómo es la mujer que tu buscas?, quizás la conozco yo –
- La mujer que yo busco es buena , alegre y hermosa,
tiene una voz que acaricia y verde agua el mirar…
quiero agregar algo más que no me atrevo a decir –
- Dilo viajero triste, dilo pronto, su nombre quiero saber –
- Esa mujer que yo busco escribe sueños de amor,
de su cuello cuelga una imagen con un signo zodiacal
y su piel huele a nostalgias con un embrujo oriental…
- Si no me dices el nombre que tiene esa mujer,
aquí te dejo y busca tú la estación, yo me voy a trabajar –
- Espera, ahora te lo voy a decir, esa mujer… esa mujer…
¡aaay! no me atrevo a decirlo… no me quiero equivocar –
Ella de su blusa, sin importar el frío, soltó un botón,
en su blanco cuello pudo ver él, un signo zodiacal
y en el viento sintió un aroma de mandarinas e ylang-ylang.
-¡Ahora sí! ¡Ahora se quien es ella! no me puedo equivocar –
- ¡Dilo! ¡Dilo viajero tonto! Dime quien es la mujer que buscas –
- ¡Sí ahora puedo gritarlo! ¡Gritarlo a los cuatro vientos!
¡Sí, sí, sí, esa mujer… esa mujer… esa mujer eres tú! –
Ella lo miro a los ojos y sus labios temblando susurraron:
-¡No te vayas viajero hermoso, si también te esperaba yo!
Además debes saber, que a propósito y queriendo, te mentí,
hoy es feriado, no hay que trabajar, a ti te vine a buscar.
También te voy a contar que la estación es muy vieja,
no tiene campana ni anden, y hace ya muchos años,
tantos como mi edad, que desde allí no parte un tren. –
Se miraron largo rato… los labios no se abrieron…
con los ojos dijeron todo… se tomaron de la mano…
y enfrentando miradas escondidas se fueron caminando,
agradeciendo al destino que en una esquina del viento
una de mil quimeras la tornara en realidad.
Atrás quedó la tristeza esperando tren en la estación.

lunes, abril 20, 2009

Tierra buena, madre del hombre malo

Vicente Herrera Márquez

¿Por qué siempre culpar al prójimo?
¿Por que no pensamos en lo que hacemos cada uno de nosotros?
Es fácil pensar que yo soy el mejor.
Si analizamos nuestra maldad es posible que lleguemos a ser buenos.

Mi madre es la tierra, creo en ella y la quiero
Soy hombre, soy arbusto, soy edificio de este barro,
y por eso la quiero y no quiero que muera.
Soy germen, flor, fruto y nuevamente semilla,
soy hijo de la tierra, soy hijo de la Pachamama.
Soy hombre, producto y resultado de aire, agua, polvo, fuego y arbitrio
y como tal, con defectos y virtudes, y aún así, también creo en el hombre.
Que saco con hablar de lo que hacen otros destruyendo
Mejor reconozco mi culpa.
Y la gran verdad es: yo soy culpable,
de todo lo que hago para darle muerte y sepultura a esta tierra, nuestra madre.
No soy ejemplo ni ser inmaculado.
No cuido el árbol donde anidan las aves.
No mantengo limpio el cauce de los ríos.
Tiño y ensucio la brisa con nubes de aerosoles.
Gasifico el aire con veneno de pulmones.
Horado el firmamento dando paso a rayos infernales
y le quito lo dulce al agua de la vida.


Si la tierra me da el sustento ¿Por qué vierto inmundicia en sus arterias?
Si la tierra me da la vida ¿Por qué derramo la muerte sobre ella?
Si la tierra con su verde me regala endorfinas ¿Por que la coloreo con colores de cloaca?
Si la tierra me da el perfume de una rosa ¿Por qué la riego con mierda?
Si la tierra me da el ser ¿Por qué la destruyo en mi beneficio temporal?

Y a los hijos, y a los nietos y a los hijos de los nietos de mis hijos ¿Qué les dejo?

No llamo a los demás a cuidar de este bien que el tiempo nos legó,
cada uno sabrá y hará lo que dicte su conciencia.
Yo trataré de hacer en lo posible de mis fuerzas, el esfuerzo necesario,
que mitigue el dolor de nuestra tierra, la sed de los desiertos que avanzan,
la tristeza de las flores arrancadas y la ansiedad de verde de los bosques arrasados.

Todos decimos el hombre es el culpable ¿Y quien es el hombre?
El hombre eres tú, es él, somos nosotros, pero sobre todo soy yo, ser individual,
sanguinario, cruel depredador, ilustrado destructor e inocente santurrón.
Hagamos cada uno un examen interior, reconozcamos nuestras culpas.
No critiquemos lo pequeño del vecino escondiendo nuestra montaña de maldad.
Aremos con manos francas miles de surcos en el yermo y sembremos germen de bondad.
Os aseguro que la tierra nos lo agradecerá.

miércoles, marzo 18, 2009

Y seguimos corazón...

Vicente Herrera Márquez

Seguimos avanzando a pasitos cortos del largo de un mes
y sin darnos cuenta de un tranco ya estamos otra arruga escondiendo,
para que no se note que los años pasan y hoy a la suma se agrega uno màs.
Y tú, corazón, sigues firme latiendo, y a pesar del infarto desafias al tiempo,
dándole fuerza a mi pecho aunque a los pies les cueste avanzar.
Mantienes con sangre que fluye llevando luz, gas y agua al piso de arriba,
y corres llevando energía a mis manos que calculan, trabajan y escriben.
Cierto es que tambien te ayudo con nifedipino, acetilsalicílico y atorvastatina.
Y no se como lo haces, que aún con achaques, siempre estas dispuesto
para mantener con flujo constante la calefacción del piso de abajo.
¿O tomas algún jarabe o pastilla, a escondidas, que yo no conozco?

Bueno, pero aquí estamos los dos corazón, otro año, otro aniversario.
Pretexto para que el buen vino, como los pasados venga a nuestra mesa,
se despoje de sus corchos, llene copas de fino cristal y nos haga los honores.
Como corresponde, para dos camaradas que juntos un sueño han vivido.

Hoy no vamos a brindar por los años pasados ni el tiempo transcurrido,
eso lo haremos cuando alguien nos diga que es el último del calendario.
Hoy brindaremos por lo que falta por hacer, por las nuevas amistades,
por amigos que vendrán, por letras que escribiremos y botellas por descorchar.
Hoy brindaremos por los tres, sí camarada de vida, brindaremos por los tres.
Por tí corazón que habitas en mi pecho y bombeas zumo rojo por mis venas.
Por tí músculo incansable que lates y retumbas como cuero vibrante de un timbal.
Por tí, que aún con cicatrices de caídas de la vida, mantienes y oxigenas mi vivir.
Por mí que soy la casa, el aposento, la jaula y el templo donde moras y trabajas.
Por mí que soy el bar donde rumio nuestras cuitas y entono canciones de pena y alegría.
Por mí que soy el móvil que te lleva por caminos sinuosos e intrincados.
Y por ella, sí amigo mío, por ella que tambien sus años los arrima a nuestras vidas.
Por ella, la que hace dos aniversarios, sonriendo, detras de una nube apareció.
Por ella, musa inspiradora de estrofas que cantan el sentir de este par de enamorados.
Por ella. que a pesar de distancias terrenas y legales se acerca a nosotros con amor.
Por ella que nos da el aire, la fuerza, el sosiego, la espera y las letras de ilusión.

Sí, aquí estamos en otro marzo corazón, otro marzo de brindis y copas de esperanzas.
Pretexto para tomar, para comer, para tirar una cana al aire y la casa por la ventana.
Y para gritar a todos los vientos: ¡Salud por el vino, la amistad, la vida y el amor!
Pero ante todo: ¡Salud por tí corazón! y que esta salud nos dure muchos años más.

Un año atras
Dos años atras

domingo, marzo 15, 2009

Te quiero

Vicente Herrera Márquez

Te quiero en ausencia y presencia

Te quiero en el silencio de la distancia
Te quiero en tu sonrisa cercana
Te quiero en tu risa distante
Te quiero en un peluche presente
Te quiero en tu cuerpo ausente
Te quiero real entrando en mi casa
Te quiero imaginada escribiendo en tu casa
Te quiero en las caricias que espero
Te quiero en tus arranques de celos
Te quiero en tus arrebatos de pasión
Te quiero durmiendo en mis brazos
Te quiero en la sonrisa dulce de la Minnie
Te quiero entre juguetes vestida de muñeca
Te quiero cuando lees mis poemas
Te quiero aunque pretendas olvidarme
Te quiero cuando inspiras mis locos sentimientos
Te quiero cuando riñez porque hurgo en tus secretos
Te quiero si perdonas mis celos enfermizos
Te quiero en el tiempo entre un café y un cigarrillo
Te quiero en la fragancia de las rosas rojas
Te quiero despierta en un beso de amanecer
Te quiero de la mano en la playa soñada
Te quiero escribiendo en mi libro un poema de amor
Te quiero en mis ojos de cuerpo presente
Te quiero en mi mente aunque estes ausente
Te quiero con tu canto en el andar saludable
Te quiero en el dolor del cuerpo y del alma
Te quiero en enfermedad y en bonanza
Te quiero en las creencias que ignoro
Te quiero en la religion que no creo
Te quiero en mi saber e ignorancia
Te quiero en la realidad que distancia
Te quiero en la angustia de la separación
Te quiero en la ilusión del reencuentro
Te quiero por esa paciencia que calma mi arrebato
Te quiero por la urgencia que pide mi pasión
Te quiero en la soledad del trabajo cotidiano
Te quiero en las circunstancias que manejan el destino
Te quiero, te quiero, te quiero
Te quiero mi amor.

Como la luna y sol

Vicente Herrera Márquez

Amarte es estar contigo

en las horas cortas de una noche de pasión.
Amarte es estar contigo
en la vigilia extensa de una noche de dolor.

Amarte es ir de la mano contigo
sin importar los tropiezos y caidas del camino.
Amarte es ir de la mano contigo
reconstruyendo las veredas gastadas del andar.

Amarte es aceptar tus virtudes
sin importar las mochilas heredadas del pasado.
Amarte es aceptar tus virtudes
aunque las disfraces con posturas adquiridas.

Amarte es escribir juntos
aún con oraciones repetidas el diario de la vida.
Amarte es escribir juntos
nuestra novela y crear la trama en forma compartida.

Amarte es estar a tu lado
respetando tus creencias y defendiendo tus ideas.
Amarte es estar a tu lado
acompañandote en los lugares y senderos de tu fe.

Amarte es besarte cada día
cuando el trajin de la jornada te lleve a descansar.
Amarte es besarte cada día
por la mañana cuando se besan la luna con el sol.

Vino dulce

VicenteHerrera Márquez

Vino dulce que aletargas los sentidos

y me envuelves en vapores de recuerdos,
eres mi compañero, mi amigo y mi enemigo;
mi cómplice, mi compadre y mi verdugo.
Con todo así te quiero.
Porque me das calma en los momentos de rabia,
risa en las horas de alegría,
y llanto en en las circunstancias de dolor.
Porque despiertas mis ansias sosegadas
y duermes mis músculos cansados.
Por eso, salud amigos, salud compadre.
Salud por la vida, por el trabajo y la salud.
Salud por la familia y salud por mi mujer.

Viento de luna

Vicente Herrera Márquez

Viento de luna
que recorre mi cara.
Viento de luna
que ulula en mi alma.
Viento de luna
que cala firme y hondo en mi cuerpo.
Viento de luna
que roza, sopla, acaricia, calienta y quema.
Eres suspiro, susurro, palabra,
oracion, partitura, verso y canto,
dicho, escrito y cantado con el corazón
en la voz diáfana de mi amada