Vicente Herrera Márquez
Han pasado muchos meses
desde el tiempo de las cartas.
Han crecido y decrecido muchas lunas.
Han germinado, florecido y fenecido las plantas temporales.
Se han marchitado las flores que adornaban el balcón.
Se ha muerto la mariposa que volaba entre azucenas y alelíes.
Se durmieron las cuerdas de la guitarra
que vibró apasionada en noche de luna ausente.
Se secaron los surcos de sudor que recorrían la piel sedienta.
Se acallaron en sueño aletargado los suspiros del deseo.
¡Ay amor! ¡Ha pasado tanto tiempo!
Desde el día que juntamos nuestros labios,
desde el día que fundimos nuestros cuerpos
en un abrazo de amor enloquecido,
aquella noche de lluvia, truenos, quejidos y susurros
en un hostal escondido en las colinas de Ouro Preto.
2 comentarios:
Completamente hermoso.
Uno de sus mejores poemas. Precioso.
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