lunes, febrero 13, 2012

Mi país

Vicente Herrera Márquez

Mi país tiene la largura de la espera y el ancho de un suspiro.
Tiene el rojo del cobre, el verde de araucarias y el blanco de la nieve.
Tiene el garbo que legó Castilla y la imperecedera prestancia araucana.
Tiene la herencia del hombre americano matizada con el brío de inmigrantes.
Mi país tiene color indio, color mestizo y color de piel de latitudes distantes.
Mi país tiene distancias largas, distancias cortas y caminos anchos y abiertos.
Tiene historia precolombina, colonial e independiente de dos siglos.
Tiene cielos, campos, fronteras y brazos fraternos queriendo abrazar.
En el norte trepa alturas por el camino que construyó el Inca,
en los valles centrales renace cada día en savia araucana,
en el sur germina en grano cultivado por herencia de otras tierras
y en el austro desafía y vence al frío que legaron Onas y Yaganes .
Mi país es altiplano, desierto, valle verde, bosque, selva y llanuras de hielo;
es alpacas, llamas y vicuñas en el altiplano de sal, desierto y puna;
también de guanacos y ñandúes en la inmensidad de la estepa austral.
Es mineral, madera, grano, proteína de tierra y mar y carbón olvidado.
Es cuna de poetas, Huidobro, Neruda, Violeta y la Mistral.
Es matriz de talentos, maestros, artistas y obreros de campo, ciudad y mar.
Es campo fértil, semillero de futuro para cosechar con trabajo y voluntad.
Mi país tiene riqueza y pobreza que se mezclan en voluntades y esperanzas.
Tiene jóvenes intrépidos que horadan en el tiempo con fuego de volcanes,
y hombres grandes, ya viejos, que siembran y cosechan sustento y tradición,
en los campos largos que cada tanto sacuden y asuelan terremotos.
Mi país es crisol donde se funde aleación de pujante savia nueva
con la experiencia heredada del continuo renacer después de cataclismos.
Mi país es todo eso y mucho más, pero sobre todo es sacrificio y voluntad.

No hay comentarios.: