martes, enero 17, 2006

Pasos

Vicente Herrera Márquez

El día ha transcurrido lento, preñado de impaciencia,
Con un sol aletargado en su lánguido periplo del estío
Con horas y minutos que perturban mi conciencia
Mientras espero trastornado a la musa que me inspira.

Con nitidez, en el pasillo, escucho el sonido de sus pasos,
que dirigen la cadencia de su cuerpo hacia mi puerta.
Espero impaciente el chasquido de la llave en el cerrojo,
para correr a su encuentro y rodearla con mi abrazo.

Son muchas las horas, largas, de mis años que la espero.
Ya son tiempos que se marcan en los surcos de mi frente.
Son distancias que apagan el fragor de nuestros besos.
Son miles de páginas escritas que reclaman su regreso.

Sus pasos no se detienen en la entrada de mi estancia,
continúan, se apagan y se pierden en las gradas del silencio.
Y sigo escribiendo su ausencia, a la espera que mañana,
algún sendero extraviado la traiga de vuelta hasta mi ocaso.

1 comentario:

Recomenzar dijo...

bello escrito. Te dejo un abrazo y me voy en silencio