Según códigos,
papeles y malas lenguas
no puedo ni debo
decir quién eres,
de dónde vienes o
dónde está tu pueblo;
si tú por miedo, aprehensión o vergüenza
siempre
esconderás mi nombre.
Pero es mejor,
tal como tú piensas y dices
esconder quien
soy, mejor ignorarme,
más de alguien
podría sufrir,
otros tantos me
tendrían envidia,
las amigas te
mirarían como algo raro,
y algunos dirían:
pobres ilusos…
que creyeron que
el amor es el destino.
Seremos amantes
anónimos,
que en el tiempo
dejarán sus huellas
para que en ellas
se inspiren
muchas parejas de
amantes nuevos,
que a pesar de
circunstancias,
no tengan miedo
de querer y amar
y además de
escribirlo con letras grandes
con razón, con
pasión, con vehemencia,
a todo pulmón y
con pasión manifiesta,
lo griten a los
cuatro vientos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario