sábado, febrero 07, 2015

Las piernas del pastor



Por las piernas curadas del marrano,
palpita mi paladar y se hacen agua las papilas.

Por las piernas del vino en la copa,
se enciende  mi mirada y se nubla mi conciencia.

Por las piernas de mi mujer en la cama,
se aleja el cansancio y se espanta el sueño,
se extravía mi cordura y se alerta el sosiego.
Soy pastor y soy poeta, soy hombre y me vuelvo loco;
se extravían mis ovejas y se liberan mis lobos.
Mientras por los conductos genitales va mi esperma
corriendo como río de lava ardiente y apurada.

Todo esto gracias al jamón serrano y al vino,
pero más que eso, a las  piernas de mi mujer.

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