jueves, marzo 10, 2011

A ti. Sí, a ti

Todos los dias, al tiempo, al mundo y al viento, con toda mi fuerza, grito y repito:
Te quiero, te quiero

Plus-pluscuanperfecto

Vicente Herrera Márquez

Y fuimos novios… en pretérito imperfecto.
Vivimos apurando los punteros del reloj,
sin aprender a conjugar cabalmente el verbo amar,
tú con horas robabas a códigos legales,
yo con tiempo prestado del banco de la vida.

El poco tiempo que estuvimos juntos
igual se hizo memoria
y lo grabé en el recuerdo
como gran historia de amor.

Todo lo que escribí en aquellos momentos pasados,
hoy, sin cambiar una coma, lo puedo volver a escribir.
Porque aquello que sentí en nuestro tiempo imperfecto
nunca lo he olvidado y hasta puedo asegurar
que en este momento lo siento tan fuerte como ayer.
Y ahora, hoy, quiero volver a conjugar aquel verbo
en presente prolongado, hasta llegar a un futuro perfecto.

Arreando nostalgias

Vicente Herrera Márquez

Llanura inmensa de soledad,
recuerdos que rasgan la cerrazón,
nieve de años bajo el chambergo,
nostalgias dulces de mate amargo.
Arreo de encuentros y desencuentros
y como norte la cruz del sur.

En el pilchero van los recuerdos.
¡Cuantos años carga en su grupa!
tantos que muchos se esconden
y otros tantos se van olvidando,
para que no cargue la pobre bestia
con el pesado pasado ajeno.

Entre el arreo y los pensamientos
se escucha ladrar los perros
buscando un animal que escapa,
al igual que esa mirada esquiva
que al recuerdo no quiere entrar.
El viento arrecia arreando nubes,
la polvareda esconde ojos de ayer

Dos vértices tiene el arreo:
En uno hay rancho, mate y hogar,
muchachos, mujer, tranquilidad.
En la otra punta unos labios rojos
y el brillo de una mirada ansiosa.
El arreo de ovejas va por la pampa,
el piño de nostalgias corre en el alma.