Mi pluma se durmió en laureles pasajeros y se olvidó de buscar eternidad.
Se
embriagó con ambrosía efímera y no quiere espantar la borrachera.
Se
vistió de halagos temporales creyéndolos atuendos propios y perpetuos.
Se
hundió en la locura producida por aplausos de ocasión en ferias de la vida
y se perdió en largos periodos sabáticos,
dejándole las letras al teclado.
Mi pluma es un apéndice de mi mano e instrumento
de mi cerebro,
es
compendio de mis sentidos e intérprete deslenguada de mi espíritu,
pero se olvidó que quienes me dieron el lenguaje la pusieron en mis manos para
escribir.
El
teclado solo escribe lo que dicta mi conciencia, en cambio la pluma hurga en mi
inconsciencia
e
inventa palabras y conceptos que no están en diccionarios ni en memorias virtuales.
El
teclado es obediente como un perro, que ante un estímulo o una orden repite lo enseñado,
al contrario la pluma tiene la independencia, la
libertad y la insolencia de un gato callejero.
El
teclado tiene cien formas de letras, estilos, tamaños y colores en
un disco y nada más,
en cambio la
pluma garrapatea los impulsos de mi mano, según lo dicte mi razón o mi locura.
El
teclado queda inerte si el viento corta los cables o la pila consumió su carga,
también
si no he pagado la cuenta de electricidad, lo cual muchas veces suele ocurrir,
mientras la pluma solo depende de mi voluntad o mi propia y eventual borrachera.
Mi
pluma por momentos fue bolígrafo, un lapicero, un lápiz de grafito o una pluma
de avestruz
y
siempre aunque yo estuviera borracho,
enamorado o despechado, escribía cuanto yo quería,
en
cambio hoy se cree más importante que yo y hoy, ebria, se declaró en huelga indefinida.
Por
lo tanto desde hoy tendré que usar el teclado y tratar de pensar como mi pluma.
©Derechos Reservados.
1 comentario:
Hermoso relato, entre la pluma y el teclado... Creo que vivo entre los dos, y mi vida jamas podria ser igual si alguno de los dos me abandonara.. Ya sea en letras de colores a traves del teclado o en garabatos plasmados en un papel hechos por un boligrafo o un lapiz. Las palabras siempre iran al lado de ellos, mientras el corazon dicta lo que quiere escribir...
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