miércoles, marzo 14, 2007

Brisa con sabor a caña y miel

Vicente Herrera Márquez

Siento en mi cara una caricia, del norte, brisa tibia

que brota en la resaca que ha dejado un temporal.
Esa brisa trae sabores fuertes de Caribe, caña y miel,
mezclados con ensueño, aventura, candor y joven piel.
Veo el horizonte de montañas que insinúa un arco iris
pintado con rubor de tus mejillas y el color de tu país.
Estoy viendo con tus ojos la belleza de esa tierra,
donde el viento se viste con las plumas del quetzal
y la orquídea monja blanca reza y canta su plegaria,
enredada entre las ramas y las nieblas caprichosas.
Mientras la luna corre con temor de niña enamorada,
jugando a la escondida con la ceiba altiva y legendaria
y se sumerge creciente y rebosante en las aguas de Izabal
o menguante adormecida en el espejo azul del Atitlan.
Oigo un rito maya que emergiendo del fondo de los tiempos
se hace actual en los bosques de Chimaltenango y El Quiché.
Luego con tus oídos escucho el vibrar caliente de marimbas
que incitan a entallar tu cintura de América cimbreante
y recorrerte en un abrazo del levante hasta occidente…
Palpo en ti con mis manos ávidas, ajadas y resecas
la humedad aromática y caliente del centro continente
y mis labios liban de tu boca el sabor de fruta tropical.
Te veo, te oigo, te toco, te pienso como luna creciente,
te siento como mar impetuoso y volcán que quiere estallar
y luego soñando, recorro contigo: Guatemala tu tierra natal.

No hay comentarios.: