Amor escucha, quiero que hoy nos encontremos,
mañana será muy tarde, pasado
mañana seré muy viejo.
Estarán marchitas las rosas
y estará empezando mi otoño largo.
Hoy siento frío en el aire.
La esquina blanca y achatada
del viejo bar del encuentro
ya no estará, será una torre
gris, tan alta y disonante como Babel.
Caminarán apresurados los
pasos y serán indiferentes las miradas.
Hoy tengo frío en el cuerpo.
Por eso, espérame en el
metro a las ocho, en la estación Apumanque,
en el mismo lugar del andén
que nos presentó aquel otoño lejano.
Compremos rosas y vino, llévame
a tu casa y abrígame en tu cama.
Hoy mi piel necesita tu
calor.
Dame calor en mi otoño y con
tu risa rejuvenece mis años,
dame tu aliento en un beso con
la pasión de la primera noche
y con el sudor de tú cuerpo
humedece mi piel marchita.
Dame caricias con manos
inquietas que revivan mi cuerpo mustio,
Dame las palabras que mis
oídos no oyen o han olvidado.
Dame tu silueta desnuda para
que mi memoria cansada de calles grises
se ilumine en el recuerdo de
la mirada de mis ojos jóvenes.
Dame tus volúmenes sinuosos
para que formen tu pecho en mis manos.
Dame tus montes y valles frontales
y el desierto que arde en tu espalda.
Dame la estrechez de tu
cintura y la tentadora plenitud de tus caderas.
Dame la extensión de tus
piernas que evocan caminos y remansos.
Dame tu sexo excitado para
que me queme como volcán ardiente.
Dame tu pasión exuberante y
rompe las amarras que me oprimen.
Dame el temblor ondulante,
el olor y el sabor de tu libido galopante,
que corre por tus arterias,
tu cama, los pasillos de la casa y los caminos andados.
Dame, estoy esperando, también
quiero darte todo lo que me queda y tú quieres
y tiene que ser hoy martes,
por que el jueves, como antes dije, ya estaré
muy viejo.
Dame, quiero gozar, sentir,
sentirte y perder la razón en tu racimo de orgasmos,
olvidarme del tiempo de ayer, del incierto mañana y sumergirme en
el ahora.
Dame sosiego esta noche,
dame calor en caricias y una última ración de tu aliento.
Para espantar el frio del
alma quememos nuestra pasión en el fuego del infierno,
y el miércoles, para matar
el frío del invierno, dame chocolate caliente por la mañana.
©Derechos Reservados.
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