sábado, agosto 28, 2010

Vientos de España


Vicente Herrera Márquez

Fuiste tú la que abriste, de tu casa, la puerta
permitiendo que bebiera el agua fresca de tu fuente,
la cual aplacó la sed que traigo de la largura del camino.
Fueron tus amigos quienes con halago inmerecido
complacieron el ego de este errante enamorado vagabundo.
Fueron de ojos de España y Cataluña, mediterráneos,
las miradas que dieron poesía a mis letras australes.

Fuiste tú, mujer, la que tiene mirada de gitana,
la que recitó los versos que dibujan palabras con mi pluma,
y la que uno a una me llevaste a estrechar sus manos francas.
Fueron ustedes, amigos, contertulios de esa mesa,
los que sin conocerme me brindaron el color y calor de su vino,
trayendo a mi mente el tiempo de niño cuando aprendí a volar.
Fueron caricias y besos virtuales que sentí en mi piel
en el parador del viaje por esas tierras lejanas, maternas.

Fuiste tú, mezcla de viaje comenzado en tierras sin mar
prolongado por continentes pequeños de caribeño oleaje,
la que en tu puerto de sueños aceptó mi velero anclar.
Fueron ustedes argonautas buscadores de palabras en letras
los que al leer mis escritos me elevaron y nombraron, sin serlo, poeta.
Fue el calor de muchos abrazos y ese beso furtivo, robado,
los que dieron alimento para el alma y placer para el ego,
dándome fuerzas para prolongar el camino escribiendo al amor.

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