jueves, enero 25, 2007

Mi tiempo, mi cuaderno, mi voz...

Vicente Herrera Márquez

A ti, que varaste después de una tormenta
en los confines del mundo, del tiempo y el destino.
A ti, que siembras esperanzas en la estepa agreste
y desafías altiva los embates de la hostil soledad.
A ti, que leíste palabras escritas en arrugado papel,
esas que en botella de olvido y embriaguez ,
una noche de esperanza arrojé al mar virtual.
A ti, mujer que me tendiste tu par de manos blancas
y me arrebataste de un vórtice de viento y desamparo.
A ti, que aliviaste mi cansancio y me hiciste revivir,
haciendo renacer en mi abandono las ansias de escribir.
A ti, que fuiste ígneo fanal para mis ojos nublados,
cuando vagaba sin rumbo en la rosa de los vientos.
A ti, faro en lontananza que resistes los embates
de ponto embravecido y viento huracanado.
A ti, que me guiaste con el rayo luminoso de tus ojos,
y la llamada en susurro acariciante de tu voz.
A ti, por todo lo inmenso y bello que me diste
te ofrezco lo que soy y acepta también mi capital,
que no es mucho, es tan solo lo que la vida a mi me dio;
no lo guardo en ningún cofre ni en papeles de valor;
no es gran cosa, pero es tuyo y es todo lo que ves:
Es mi tiempo, de años ya vividos, mi hoy y días por venir.
Son mis ojos, mis oídos, mi olfato y mis caricias;
son mis palabras, mis silencios y el murmullo de mi voz;
son mis manos, mis brazos y mis hombros;
es mi cariño, es mi amor y un bagaje de poemas.
Es mi cuaderno en el que escribo versos con tu nombre.
Es mi verdad y mis mentiras, es mi realidad y sentimientos.
No es nada más que mi vida, eso es todo, y es todo para ti.

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