lunes, abril 09, 2012

Que nadie limpie mi teclado

Vicente Herrera Márquez


Nunca sacudan ni limpien mi teclado,
cuando tenga tiempo, yo mismo lo quiero hacer.
Hay que hacerlo con cuidado y esmero,
un poco de voluntad y saber por dónde empezar.
Tiene polvo de tiempo de versos olvidados,
tiene polvo de la calle que entra por la ventana,
polvo cósmico que recogió mi pelo en el viento
y polvo respirado con ácaros causantes de mi alergia.
Entre sus teclas, hay migas de pan integral y galletas de fibra.
restos de empanadas, queso y pequeñas semillas.
Manchas de té, café instantáneo y también de grano,
muchas de vino, muchas de ron y muchas de Martini.
Unas cuantas de vodka, también alguna de perfume
y hasta puede haber aureolas de lágrimas perdidas.
Y hay otra parte donde sé que mucho voy a encontrar.
Es bajo la costra que el tiempo fue formando sobre de las teclas
compuesta de polvo, sudor digital y humedad de alcohol.
Allí, con certeza, lo que más puede haber son palabras perdidas,
perdidas después de una discusión, un adiós o de una borrachera.
A todas esas palabras y letras dispersas quiero recoger
porque pienso que con ellas, algunas que puedo inventar
y otras tantas que olvidé debajo del espaciador,
más las que están enredadas en la rueda del mouse,
pueda quizás, con calma, paciencia, puntos y comas,
darle forma y sentido a ese poema que siempre quise escribir.

©Derechos Reservados.

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