jueves, diciembre 30, 2010

Concierto de guitarra en Ouro Preto

Vicente Herrera Márquez

Te observo con mirada delirante,
como envuelta en tules de seda
vas corriendo vaporosa y en subida,
un sendero que se eleva hasta Ouro Preto.
Te veo mariposa de colores
que revoloteando entre flores tropicales
me invitas a buscar el oro que escondes
bajo las sábanas que cubren esas formas
tentadoras de guitarra apasionada.

Percibo el perfume de piel blanca
pincelada de acuarelas color de carnaval,
que se pierde a la vuelta de una esquina
en la altura más alta de Ouro Preto.
Siento tu jadeo y respirar entrecortado
que me incita a darte con mi boca el aire
de montañas nevadas que traigo para ti.
Y así templar las cuerdas de tu cuerpo
para que vibren cual guitarra apasionada.

Oigo tu voz melodiosa, pausada y cantarina
con notas que combinan fado y bossa-nova,
que traen al presente de los tiempos
esplendor, tradición y pasado de Ouro Preto.
Oigo una melodía entonada con amor
que con voz suave inunda de paz las calles,
habla de romances de pieles blancas y morenas
e incita a beber miel y placer de labios rojos,
que musitan arpegios de guitarra apasionada.

Sueño en distancia de tiempo que separa
con tu mirada sensual y enamorada,
con tu manantial de aromas almizclados,
con el sudor esclavo del oro de Ouro Preto,
con la humedad que exuda tu sexo liberado,
con el arco tentador de tus caderas,
con el sabor a sal de vida y azúcar de tus labios,
con la danza sensual ondulante de tu cuerpo,
y con tu vibratto excitante de guitarra apasionada.

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