lunes, febrero 13, 2012

Siguen pasando los años corazón - 2010


Vicente Herrera Márquez
 

¿Qué pasa corazón?
¡Tan rápido que pasa el tiempo!
Ayer entre marzo y marzo había el espacio de un año,
parece que los meses iban al tranco de aquel tren
que rodaba por los rieles al ritmo del calendario,
haciendo oir su sirena entre una nube de vapor.
En cambio hoy van volando a la velocidad del jet,
que compite con el viento y deja el sonido atrás,
dibujano una estela en el aire para avisar que pasaron.
Ayer fueron sesenta y siete hoy hay que sumarle uno más,
traigan sesenta y ocho botellas y aquí veremos que podemos hacer
¿Te parece corazón?
Pero…pero hoy en nuestra fiesta haremos salud con vino triste
Muy fuerte y con rabia el piso se nos movió
y afirmado en la pared buscando a tientas un pantalón en la oscuridad,
sinceramente creí que uno de los dos, tu o yo, fallaba corazón,
que hasta llegue a pensar que llegábamos al final sin brindar un año más.
Las fuerzas naturales con saña otra vez asolaron nuestras tierras
dejando como saldo muerte y desolación, sueños truncos e incertidumbres nuevas.
Hoy no brindemos por nosotros, brindemos por nuestro pueblo, por los que se fueron,
por las mujeres valientes, por los hombres sufridos, por los niños anhelantes.
Por los héroes anónimos, los que ayudan, los que cobijan y los que dan cariño, pan y amistad.
Brindemos con este vino vivo que aún se agita en nuestra copa por el temblor de la tierra,
y brindemos por tu latir corazón aunque nuestros músculos tiriten de temor.




Siguen pasando y sumando los años, hemos cambiado de siglo y seguimos cambiando de folio.
Pero aun seguimos aquí, viviendo, tomando, escribiendo y amando.
Es nuestro sino, vivir como venga la vida, paladear el tiempo en el espíritu de la uva,
escribir cuando haya inspiración y amar, sobre todo amar a una mujer.
No importa que haya o no haya trabajo, siempre habrá algo que echarle a la olla,
no importa que el blanco lo dejemos de lado, el tinto siempre está en nuestra mesa.
Y si mujeres conocimos y amamos en la vida que dejaron huellas en nuestro camino
bien sabemos que lo que queda de aliento es para aquella que hoy está a nuestro lado.
Siguen pasando los años, pero no estamos solos corazón. No, no estamos solos.
La tenemos a ella, tenemos hijos y nietos al lado, familia y amigos cercanos
y también amigos en latitudes distantes allende mares iracundos y cordilleras bravas.
Tenemos compañía y aliento para vivir diez, veinte y hasta cien años más.
Que más nos queda corazón, solo dar gracias a la vida y alcemos la copa una vez más,
no importa que nuestra tierra tiemble y deje tiritando los huesos y sensible la piel


A esta distancia de la partida ya cerca de la meta y con tanto terremoto que desordena la carga,
habiendo vivido ya tantos años, que bien éste puede ser el ultimo,
creo que es el momento de hacer un alto, beber de un trago el camino andado
y comenzar a tomar sorbos cortos y espaciados del tiempo que queda por caminar,
para que se alargue sana la vida y dure el sabor del buen vino,
remontar viejos caminos, recordar lugares vividos, mirar atrás de soslayo
y avanzar lento y seguro para que en el próximo almanaque celebremos un año más.



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