¿Qué
llevo puesto?
Un
pantalón vaquero de color azul indefinido,
camisa
a cuadros y un cinturón de cuero,
zapatillas
con planta de goma y camino andado
y
un sombrero ambiguo que uso para lluvia y sol.
¿Qué
llevo en mi bolso de viaje?
Lo
justo y necesario para el calor y el frío,
tres
calzoncillos, un par de zapatos de invierno,
un
cepillo de dientes, una manta de abrigo,
algunas
camisas descoloridas y un traje color tiempo.
¿Qué
llevo en mi portafolios?
Bocetos
de caras dibujadas y ya borrosas,
lecciones
de guitarra que nunca aprendí,..
papeles
sueltos y una libreta de apuntes
con
direcciones y números de teléfonos,
direcciones
por las que días y noches transité
y
teléfonos que alguna vez me hablaron
diciendo:
¡Hola! y ¿Cómo estás?
¿Qué
llevo en mi billetera?
Un
carnet con mi nombre y apellido,
con
una foto joven, pero ajada y vieja
y
un número con dígitos que siempre olvido.
Algunos
billetes de poco valor
y
un pasaje de ida para cualquier estación.
¿Qué
llevo en mis bolsillos?
En
uno nada, porque está roto.
Lo
rompió el peso de un llavero oxidado,
con
llaves que alguna vez abrieron puertas y ahora no,
por
eso ayer lo arrojé en un bote de basuras.
En el otro monedas para el pan del
día,
y
si alcanza, para cigarrillos y un poco de vino,
también
una cajita de fósforos
para
encender el tabaco y quemar nostalgias.
¿Qué
llevo en mi memoria?
¡Ahhh,
en mi memoria!
¡Ni
se imaginan lo que llevo en mi memoria!
Realmente,
la memoria es el equipaje del poeta.
En
mi memoria llevo todo, todo y espacio para más.
Llevo
un mundo, llevo una vida, llevo caminos.
Llevo
imágenes, llevo recuerdos, llevo paisajes.
Llevo
a mi madre, llevo a mi padre, llevo a mi hermano.
Llevo
a mis hijos y también a sus hijos.
Llevo
consejos de gente grande y sabia.
Llevo
abrazos cálidos de lindos y nobles amigos.
Llevo
cien amores de mujeres buenas y bellas.
Llevo
un millón de letras hechas palabras,
una
novela larga, larga que aún no termino,
muchos cuentos de vida y de real ficción,
miles
y más, de versos sencillos y simples
que
en cada tiempo le cantaron a una mujer,
y
otros tantos que en todos mis tiempos
le
cantaron y seguirán cantando a la vida y el amor.
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