sábado, enero 19, 2008

Corre, ve y dile

Vicente Herrera Márquez

Tu que lees lo escrito bajo el disfraz de mis letras,
corre, ve y dile a mi amada que mis palabras la llaman.
Dile que si yo escribo te espero, quiero decir ven corriendo.
Si mis palabras expresan te siento, lo que dicen es te quiero.
Y si dicen pienso en ti, le están confesando mi amor,
el que ya no puedo callar ni mantenerlo escondido.

Tu que la vida has vivido y se que sabes de amores,
enséñale a la que quiero, que en mis versos la estoy amando,
que mis problemas se esfuman cuando presiento que viene,
que también la siento cerca cuando me invade la ausencia,
y que en mis quehaceres del día la llevo siempre a mi lado,
aunque los avatares del tiempo me resten trozos de vida

A ti que analizas las letras en el revés de mis páginas,
quiero pedirte que seas el heraldo pregonero de mis sentires
y le hagas entender a ella con tu paciencia y con calma,
que en mis palabras sencillas esta mi canto del alma,
que se desgarra en estrofas para ofrecerle mis manos,
y entregarle toda mi vida, hasta el suspiro postrero.

Eres viento

Vicente Herrera Márquez

Eres la musa que inspira sentimientos.
Eres la mujer que viste con palabras
mis páginas desnudas.
Eres la ilusión que invade los sueños
y llena los minutos de vigilia.
Eres la poetisa imaginaria de letras
que le da sentido a mis palabras,
le regala sustantivos…
y pone verbos a mis versos que te cantan.
Eres la silueta de contornos curvilíneos
que invade el dominio de mis ojos.
Eres la artista que dibuja besos
en el espacio sediento de mi boca,
con tus labios impregnados
del jugo frutoso de tu cuerpo.
Eres la mujer que calma mis apremios,
agitando tu etérea túnica de diosa
cuando las ansias alteran mis sentidos.
Eres la dueña de las manos que acarician
mis pesares y los años de mi piel.
Eres la mujer que quiero como novia
acompañándome en el largo sendero de la vida.
Eres luz de luna que atraviesa el cristal de la ventana.
Eres brisa tibia que penetra atrevida
por la puerta entreabierta de mi casa.
Eres viento norte que despierta mis deseos,
y eres huracán desenfrenado cuando entras en mi cama.