martes, febrero 14, 2012

Los olmos de Mostazal

Vicente Herrera Márquez

En esa otrora calle verde, hoy domina el color marrón.
En esa avenida de olmeda fronda que juntos nos ve pasar,
hoy, sigilosa y disfrazada, está llegando la muerte.
No viene montada en potro alazán ni en yegua chúcara,
se mueve por las copas y las raíces de los olmos añosos,
solapada y a horcajadas en torpes y sigilosos escarabajos.
También se instala silente entre nuestros encuentros furtivos,
en la esquina de los olmos que junta y bifurca nuestros caminos.
Al igual que los olmos de mostazal está muriendo el amor,
que fue fronda de pasión entre carretera veloz y avenida pueblerina.
Se mueren los árboles porque los hongos obstruyen sus venas,
se enfría la pasión porque el tiempo lento va consumiendo el fuego.
Se mueren los olmos que daban sombra en la avenida,
se apagan las brasas que daban calor a dos almas pueblerinas.
Sí señoras, sí señores, en esa avenida esta rondando la muerte,
y muy pronto olmos y amor van a morir, en la calle Luco de Mostazal.



En febrero de 2012 comenzaron a talar los añosos y moribundos olmos de la calle Luco de Mostazal, para dar paso a una nueva avenida.
De ese amor no se sabe que pasará ¿Definitivamente morirá con los olmos o renacerá con los nuevos árboles?
 

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