Vicente Herrera Márquez
Si me piden que responda a:
¿Qué es poesía?
Sencillamente diría: No sé,
no debo y no puedo.
No sé.
Porque es respuesta para
filósofos, filólogos, doctores de vida y eruditos en letras.
No debo,
Pues, sólo pueden decirlo
los verdaderos poetas que con voz y
letras,
trayecto, experiencia e
historia pueden explicarlo.
No puedo,
Porque, aun escribiendo, no
tengo un bagaje de versos,
no tengo autoridad literaria
que la refrende un decreto oficial,
tampoco un diploma, un libro
impreso,
un séquito adulador o un
concurso ganado.
Pero si me permiten…
Algo puedo decir de lo que
pienso, escribo y declamo
y que humildemente se los
presento como: Mi poesía.
Mi poesía es aire que se
mueve a merced del viento,
es corriente que recorre
distancias, espacio y rincones.
Mi poesía es mensaje amigo
que viaja en la suave brisa,
es susurro que se escucha
cercano y allende los mares,
es beso que llega a labios
de mujer, como viento caliente
y será caricia en su piel si
ella piensa en mis manos.
También puede ser grito de arenga para derrocar al
tirano,
crítica abierta a sistemas
carentes de humanidad,
billete de pago sin valor
monetario ante un pagaré de usura,
y palabra de unión en
divergencias humanas carentes de sentido común.
¡Pero cuidado!
Porque puede ser mi rabia
montada en truenos de viento
para combatir la ceguera de
aquellos que quieren correr fronteras,
o para aplacar la furia de
aquel que tiña de rojo el blanco pecho de una paloma.
Puede ser dardo de fuego
para aquel que ofenda y mancille la
libertad.
Puede ser misil destructor
para el mercader que trafica con engaño y dolor.
Puede ser cadena perpetua
para todo aquel que le roba al pobre y al desvalido
y puede ser pena capital
para los que agreden a mujeres y niños.
Será recomendación severa
para el joven que a sus padres levanta la mano,
también será sermón de
montaña para aquel que aún imberbe delinque,
castigo con palabras duras
para aquellos indolentes que arrojan su inmundicia al rio
y será lección de humildad para
esos insensibles que pisotean la dignidad humana,
cuando se ensañan en la
voluntad y esperanza de los que vienen
de tierras lejanas,
porque hablan otro idioma,
visten otro color de piel o rezan con otra oración.
Eso es todo.
Mis letras pueden ser eso,
un poco más y la voz de los reprimidos que quieren gritar.
Pero por favor no hagan que
yo, simple mortal que reúne palabras y las hace versos,
venga a pontificar y desde
un estrado responda a esa pregunta que parece tan simple:
¿Qué es poesía?
©Derechos Reservados.
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