Busco un abrazo
franco y bien apretado,
que estruje el
cansancio y espante el frío.
Un estoy contigo
sincero y sin rodeos,
que no se camufle
en palabras vanas.
Y un te quiero
escrito con letras verdaderas,
sin comas ni
puntos, pero sí, bien acentuado.
Busco la caricia
de manos entregadas y tiernas,
que suavicen las
asperezas ganadas en el camino.
La saliva de una
boca ardiente y ansiosa,
que lave besos de
labios que estuvieron y se fueron.
Y el sudor
destilado de un cuerpo caliente,
que riegue los
surcos resecos, por el tiempo arados.
Busco un manto de
piel tejido en telar de vida,
que traiga
envuelto deseo salvaje, pero sutil,
para que aplaque
el apetito de este animal hambriento.
Porque la libido
que iluso ahorre en el tiempo,
mi calendario hoy
me recuerda que urge usarla.
Puesto que, falta
poco, para su fecha de vencimiento.
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