martes, febrero 14, 2012

Te espero algún mes del año, en cualquier lugar de América del Sur

Vicente Herrera Márquez

Cuando vengas trae brisa tibia de primavera,
trae ráfagas ardientes de tus veranos,
también el frío de aquellos inviernos que congelan la soledad.
Trae un puñado de tierra de los senderos viejos,
también de los nuevos, para aspirar el polvo de caminos de hoy.
Si puedes róbale al viento y trae los sueños que el me robó,
también quiero un remolino de esos que elevan el suelo al cielo,
ojalá que fuera ese mismo que hace cien años un barrilete me arrebató.
Tráeme cartas de los amigos que aún transiten viejos caminos
y que quieran compartir recuerdos con este ingrato que no volvió.
En tus labios trae la sonrisa rosado pálido de compañeras de mi niñez.
Siempre he creído que mi madre al morir en calandria se convirtió,
por eso te pido graba para mi el trino de esa que canta en tu ventanal,
puede ser ella, que anda buscando alguna pluma de sus pichones.
Anda a los cerros que aún no tengan la herida del progreso actual,
llena tus pulmones de aire con aroma de pastos y flores silvestres
y tráeme ese aliento para que le de días extras a mi almanaque.
Trae en tus ojos, en panorámica, todo el paisaje de aquel lugar,
trae en tu pelo enredado los vientos de calma y de tempestad,
trae en tu boca todos los sabores que recuerdan mi paladar
y trae en tus manos lluvia y nieve envuelta en frío del sur.
No olvides traer en dibujo la fronda de aquel árbol solitario
que en largas noches virtuales de la escarcha nos cobijó.
Trae historias de romances, de esperanzas y sacrificios
de aquella gente que desafía al viento, el frío y la soledad.
No olvides ni un capitulo, ni una palabra, ni una letra
que hayas escrito en días felices o en horas amargas de tu vivir.
Si lo encuentras, en un estante olvidado entre otras cosas,
trae mi libro viejo, tu libro nuevo y una historia por escribir.

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