¿Las cartas sobre
la mesa
o las diferencias
en la balanza?
¿Los años, las
distancias,
o las lastimas y
las conveniencias?
¿El diablo
conocido, el santo por conocer,
o el cariño
debido y el cariño habido?
¿El deseo carnal
satisfecho, las sábanas calientes,
o la no sensación
del sexo en la distancia?
¿Las
conveniencias para enfrentar las crisis,
o situaciones oscuras
para conjugar el amor de hoy?
Y considerando
que el amor es ciego,
que no le importa
el dinero, el credo o la raza;
no le importa los
colores ni el tamaño de la cama;
afortunada o
lamentablemente para todos,
tan solo tiene la
forma, el color y el tamaño del amor, nada más.
¿Y para qué más,
si es amor?
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